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Santa Teresa de Jesús

Vida de Teresa de Jesús

Teresa de Ahumada, Teresa de Jesús, nace en Ávila el 28 de marzo de 1515 y muere en Alba de Tormes el 5 de octubre de 1582. Es hija de Alonso Sánchez de Cepeda, descendiente de judíos conversos, y de Beatriz de Ahumada, de familia hidalga. En el Libro de la Vida menciona algunos detalles de su familia, que podemos calificar como numerosa, con nueve hermanos y tres hermanas, junto a unos padres "virtuosos y temerosos de Dios".

 

A punto de cumplir los 14 años, muere su madre. En ese momento ora ante la Virgen de la Caridad. Nos dice la misma Teresa: “Como yo comencé a entender lo que había perdido, afligida me fui a una imagen de Nues­tra Señora y le supliqué fuese mi madre, con muchas lágrimas” (Vida 7, 1). En 1531, su padre la interna en el convento de monjas agustinas de Santa María de Gracia, pero al año siguiente tiene que volver a su casa por enfermedad.

 

Determinada a tomar el hábito carmelita contra la voluntad de su padre, en 1535 huye de su casa para dirigirse al convento de la Encarnación. Viste el hábito en noviembre de 1536.

 

Un año después de su profesión, a finales de 1538, debido a una grave enfermedad, sale del convento para reponerse; y estando en casa de un tío suyo, en Hortigosa del rio, lee el Tercer Abecedario de Francisco de Osuna, que le descubre el mundo de la oración mental, a través de la meditación de la vida de Cristo y el conocimiento propio.

 

Tras un agravamiento que casi la lleva a la muerte, en 1539 vuelve, aún convaleciente y paralítica, a la Encarnación, donde lentamente va recuperando el movimiento. Ella lo atribuye a una intervención de San José, a quien, desahuciada de los médicos, se había encomendado. Y su devoción a San José se afianza y convierte en amistad con este Santo a quien siente y llama familiarmente mi Padre y Señor San José “ (Vida 6, 6).

 

Una vez repuesta de sus dolencias, empieza a instruir en la oración a otros, monjas y laicos, entre ellos a su mismo padre, y sin embargo ella se va alejando de la misma. Durante años se debate entre la dedicación a la vida espiritual y los contentos y pasatiempos superficiales, hasta que en 1554, con 39 años, dos acontecimientos marcan su vida. El primero es el encuentro con una imagen de Cristo muy llagado, que la determina a entregarse por completo en sus manos, haciendo siempre y en todo la voluntad de Dios. El segundo acontecimiento es la lectura de las Confesiones de San Agustín.

 

A partir de ese momento, comienza a tener fuertes vivencias interiores, que sus confesores al principio califican como imaginarias o como obra del demonio. Ella confía en que son de Dios por el efecto de paz y de refuerzo de virtudes y anhelo de servir a Dios que dejan en su alma. Se plantea establecer un nuevo estilo de vida carmelitana más fiel a sus orígenes. Este ideal se hace realidad el 24 de agosto de 1562 con la fundación del convento de San José. A partir de entonces, la dedicación a la contemplación y la oración se compaginará con una actividad extraordinaria como fundadora y escritora. Desde 1567 funda otros 16 conventos de Carmelitas Descalzas: Medina del Campo, Malagón, Valladolid, Toledo, Pastrana, Salamanca, Alba de Tormes, Segovia, Beas de Segura, Sevilla, Caravaca de la Cruz, Villanueva de la Jara, Palencia, Soria y Burgos. En ellos establece un estilo de vida religiosa orante, fraterna, alegre, con sentido de pertenencia a la Iglesia. Y en 1568, en Duruelo, con la colaboración de San Juan de la Cruz, funda los frailes Carmelitas Descalzos.

 

La muerte la encuentra de camino a Ávila en octubre de 1582. Muere a los 67 años en brazos de la Hermana Ana de San Bartolomé la noche del 4 de octubre. Esa misma noche entraba en vigencia el cambio de calendario propuesto por el Papa Gregrio XIII. Ya que el calendario Juliano tenía 10 días de diferencia, el Papa decidió que el 4 de octubre de 1582 sería seguido por el 15. Por eso actualmente la celebramos cada 15 de octubre.

 

Teresa fue beatificada en 1614 por el papa Paulo V, y canonizada por el papa Gregorio XV el 12 de marzo de 1622. Fue nombrada Doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca y posteriormente fue designada patrona de los escritores. Finalmente, el 27 de septiembre de 1970, santa Teresa de Jesús se convirtió (junto con santa Catalina de Siena) en la primera mujer elevada por la Iglesia a la condición de Doctora de la Iglesia, bajo el pontificado de Pablo VI.

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